Entremos en lo duro de la vida
No decoremos o endulcemos lo que nos pasa… pagarás un precio por ello.
Este será el segundo artículo que investiga nuestra vida a través de una película, el primero fue EYES WIDE SHUT y este será sobre un clásico IT’S A WONDERFUL LIFE (1946) [ES: ¡Qué bello es vivir!]. <<si quieres saber dónde o cómo verlo: LINK>>
Hay algo subyacente en todos nosotros, una picazón que no sabes como rascarte, una incomodidad que buscamos taparla con juguetes, entretenimiento, trabajo, deporte, sexo, hobbies, cualquier cosa que me distraiga de su inoportuna incomodidad… inclusive definirla es más que complejo, porque si intentas enfocarla con detalle, no la reconoces; a saber, lo complejo y duro que es vivir y todas las inoportunidades que subyacen ser un ser humano con toda la fragilidad que ello supone.
Está ahí. Algunos como Freud la definen como miedo a la muerte, otros como Maslow apuntan a que está latente hasta que no resuelves lo básico de la vida… pero muy dentro de nosotros sabemos que nunca está “completamente” resuelto; porque si tienes todo muy resuelto y estás bien acomodado, algo tan sencillo como que alguien a quién amas enferme seriamente sin aparente solución o te suceda un accidente serio, lanza tu vida por un Torbellino que reta todo concepto que tienes sobre la vida y lo que es valioso.
Eso le pasa al personaje de George Baily (James Stewart) en el filme, él es una “buena persona”; de niño no dejó de hacer lo correcto, aunque le supusiera un gran riesgo: salvar a su hermano pequeño de las aguas congeladas o evitar una muerte por un error del farmaceuta y ganarse una paliza segura. De grande George tenía sueños de cosas que quería hacer, aventuras que quería emprender, quería viajar por el mundo y conocer otras culturas y ciudades; pero cada vez, la vida le exigía un sacrificio de ello por alguien o algo que él reconocía como valioso e importante.
Las pruebas nos vienen a todos… son un ticket a la aventura.
Nos viene bien reconocernos en las anécdotas de George, porque todos somos enfrentados por pruebas y retos, pero todos no respondemos igual. Nuestro querido personaje vive una prueba tras otra:
Primero, su padre fallece y él tiene que liderar la transición de la entidad financiera que era el legado de su padre, alguien querido y apreciado en el pueblo. Cuando un fondo buitre, personificado en Mr. Potter, quiere disolver la entidad y engullirla, la junta directiva ofrece oponerlo sólo si George asume la dirección de la institución… él hace lo correcto.
Luego, cuando todo parece ir relativamente bien, George se casa y planea hacer su viaje de novios, tiene todo el dinero ahorrado desde niño para realizar sus aventuras alrededor del mundo y ahora, con su esposa, le va a asestar un mordisco a dicha aventura. Una crisis financiera genera una estampida de temor y en el banco hipotecario de George los ahorristas de la entidad corren a sacar sus fondos. George justo saliendo para su viaje de luna de miel, corre al banco hipotecario y, para salvarlo, utiliza todo el dinero que tenía para el viaje. Otra vez, a expensas de su propio bien hace lo correcto.
Y tal como a todos nos pasa en esta vida, a medida que avanzamos en años, las pruebas se hacen más densas y desafiantes.
En esta vida una cosa es segura, nada permanece por mucho tiempo sin cambiar, justo cuándo nos sentimos que hemos superado la tormenta y estamos al fin un poco más cómodos… por esos avatares de la vida, el reto se hace más inquisitivo. George ya tiene cuatro hijos, el banco hipotecario ha desarrollado un proyecto de viviendas para aquellos más desfavorecidos y ha logrado mantenerse a flote; pero por un descuido de su tío, que pierde una suma para depositar y pagar impuestos, George enfrenta ir a la cárcel.
Mientras estamos en guardia y estamos dando la batalla, tenemos nuestros sentidos agudamente sintonizados con los retos de la vida, algo puede golpearnos, pero nada nos tumba por completo… algo dentro nuestro sigue empujando. No sabemos qué o cómo, pero siempre esa fuerza interior nos ayuda a mantener un balance, por más precario que nos parezca… y contra todo pronóstico, seguimos.
Sin embargo, cuando George se ve enfrentado al escándalo, la deshonra de su familia, el escrutinio del pueblo y está bajo el desprestigio y la ley, su visión se nubla. Una serie de circunstancias lo empujan a pensar en que lo mejor es quitarse la vida y que una póliza de vida de un tanto más dinero que lo extraviado resolverá su dilema.
¿Por qué les pasan cosas malas a personas buenas?
George a toda vista a mostrado ser un “buen hombre”, aun cuando tenía metas y ambiciones que eran personales y no incluían a los demás, supo siempre actuar de manera correcta cuando la vida se lo exigía. Ahora la vida le había arrinconado en el borde de un precipicio y le empujaba desde atrás, haciendo sus pies perder su agarre con la tierra que le sostiene aferrado a la vida.
A todos nos viene bien contemplar estas circunstancias porque puede pasarnos a nosotros o a un hijo o ser querido, y la desdicha y la “lotería” de la mala suerte pueden tocarnos cuando menos lo esperamos.
Todos somos seres rotos, desde que nos separamos de nuestros ancestros primates y nos embarcamos en este camino de consciencia, lo que antes lo resolvíamos con estar alerta y con velocidad, ahora no es suficiente. Antes los instintos me guiaban y lo que me pasaba no tenía jerarquía con respecto a lo que veía y entendía. Ahora, las circunstancias son buenas o malas y, para “salvarme” el instinto no es adecuado o suficiente para enfrentar la complejidad de la vida. No hay respuesta sencilla a la pregunta “¿por qué nos pasan cosas malas?”, como tampoco ninguno somos “buenos” o inocentes de verdad, todos tenemos nuestros pecadillos y tarde o temprano cosechamos los frutos de nuestros actos.
Dos cosas son ciertas, las pruebas seguirán viniendo a nosotros, cada vez más desafiantes y, a lo que nos reta la vida es a tener una correcta disposición con ella y reconocernos como en verdad somos: seres que tomamos decisiones y no sabemos “de verdad” si están bien o mal hasta que cosechamos sus frutos.
No sabemos quién somos, de dónde vienen las fuerzas y luces que nos salvan de la perdición ante las duras pruebas de la vida. Estamos profundamente rotos desde que nos separamos hace millones de años de nuestra especie antepasada; buscamos una solución a la vida, a vivir prósperamente, a ubicarnos en el trayecto complicado de la existencia.
Hay dos elementos a investigar y que nos mantendrán entretenidos en los dos siguientes artículos, ¿Qué pudo hacer George para que algo tan profundamente destructivo pudiera pasarle? Y ¿Qué hace que reciba una segunda oportunidad a través de un ángel Clarence enviado desde el cielo?
Te invito a que veas la película y me acompañes a investigar cómo enfrentar la dureza de las pruebas que algunas veces la vida nos invita a vivir.
Próximo martes…
Escudriña tu pasado y descubre…
A veces creemos que algo que hicimos afectó a los demás y no nos damos cuenta de a quién más afectó fue a nosotros mismos. Escudriñar nuestro pasado puede revelar profundas enseñanzas.
EL PUNTO a la i
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