El problema de la libertad en el ser humano es complejo, dado que como comprendemos y operamos en el mundo es a través de un relato que esbozamos dentro nuestro y que corroboramos en todos los eventos y experiencias afuera o, podríamos decir, los proyectamos… podemos estar en el medio de un espacio bello y generoso con nosotros y sentirnos presos y limitados. Igualmente puede ser completamente al revés, podemos estar confinados en una celda, depravados de alimento o inclusive torturados, y ser plenamente libres.
La libertad no se puede dar ni recibir… se es LIBRE!
Hay ejemplos de ello a todo lo ancho de la experiencia y testimonios humanos, tanto en historia, biografías, literatura o poemas. Es acuciante la pregunta, ¿En qué radica la diferencia?
"La verdadera liberación surge cuando el hombre asume la responsabilidad de ser él mismo."
—Carl G. Jung, Memories, Dreams, Reflections
Lo importante es reconocer, ¿qué le lleva a asumir esa responsabilidad?
Una gran cárcel
Actualmente estamos siendo testigos de un proceso ‘a tiempo real’ de liberación a gran escala que tendrá muchas lecciones que aportarnos para entender cuáles son las cadenas exteriores, y cómo las interiores son más importantes que ninguna otra, para lograr una libertad que promueva la paz, la prosperidad y la justicia tanto en los individuos como en una nación.
Venezuela es una gran cárcel, todas las personas que viven en ella, tanto los prisioneros como los carceleros, están entrelazados por engañar, mentir, trampear y corromper lo que haga falta para sobrevivir día a día. Los mayores prisioneros son los carceleros, creen que son libres.
No puedes encadenar a otro sin encadenarte tú mismo; si no por otra razón, porque ‘quienes somos’ se nutre muy especialmente de las consecuencias de nuestros actos.
Hay un monumental cuento corto de Fiodor Dostoyevski, “Sueño de un Hombre Ridículo”, dónde el protagonista enfrentado por las circunstancias que le oprimen y desesperan, suma todas sus fuerzas y “llama con todo su ser” a ‘quién esté a cargo de toda la realidad’ a que lo libere de las circunstancias que le oprimen. Eso fue lo que sucedió el 28J en las elecciones presidenciales, los encarcelados se jugaron la vida misma para decir, ‘con todo su ser’, no más.
Pero la libertad tiene un precio, como todo en esta vida; y el precio es reconocer qué en mí sostenía las paredes de la prisión para que no vuelvan a erguirse. El brillante autor, del gran cuento corto de hace 150 años, reflexiona sobre el punto de partida que genera las prisiones: “Aprendieron a mentir y les gustó, hasta ver belleza en ello.” En Rusia, antes de la Perestroika y la tumultuosa caída del régimen, había un dicho popular, “ellos pretenden pagarnos y nosotros pretendemos trabajar.”
Cuando una persona, o inclusive un pueblo, decide no seguir sosteniendo las mentiras que apuntalan las paredes de su cárcel, ya es libre… aun cuando tenga que esperar el tiempo de que dichas paredes colapsen.
¿Libertad para qué?
Hay quienes viven en libertad y son prisioneros, como reflexionamos al comienzo de este escrito. El proceso que nos está llevando a la libertad en Venezuela, no ha sido fácil, ha conllevado sacrificios de muchos, algunos aun hasta sacrificios supremos, es decir la vida misma, y ello ofrecerá un cambio de estructuras que facilitará un Nuevo Comienzo. Pero, si estás creyendo que el trabajo ya está hecho, quiere decir que tú sacrificio no fue lo suficientemente grande o, inclusive si estás pensando en qué derecho o beneficio va a aportar esa libertad a ciertos grupos, es que definitivamente aun estás preso… porque el ‘¿para qué la Libertad?’ es sin lugar a dudas la más importante pregunta.
Una buena respuesta sería, “para evitar que esto más nunca vuelva a suceder.”
Para que eso suceda, hay que sembrar la Libertad para que dé frutos de Prosperidad, Justicia y Paz. Eso se siembre con acciones, no con ideas; eso se siempre con educación para la vida, no para un sueldo; con leyes para una justicia sin preventas o ideologizaciones, se siembre con independencia de poderes y formación ciudadana… es decir, para vivir en comunidad.
Cada uno de nosotros, cuando vivimos en un país libre, tenemos la responsabilidad de alzarnos sobre nuestros límites y desarrollarnos hacia la Libertad Personal.
Cuál es la estrategia
En Venezuela hemos avanzado a través de los más insuperables obstáculos siguiendo a un ejército de venezolanos liderado por un pequeño equipo con María Corina Machado a la cabeza. A gran escala, la estrategia es no fomentar ruido innecesario, no ser portavoz de ideas que menoscaban el trabajo y sacrificio afianzado por millones de venezolanos dentro y fuera del país y, a nivel personal, por favor reconoce que tú eres inmensamente importante para concluir esta gesta libertadora.
La libertad está a la vuelta de la esquina, luego viene un desierto complejo… y tú eres un ladrillo muy importante para el edificio que necesitamos construir.
Prepárate para un nuevo año repleto de retos y sacrificios… pero será el mejor año de nuestras vidas.