Porqué Dios no parece interesarse en la maldad del mundo
una reflexión para el domingo
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Si Dios es todo poderoso, gran rey y soberano sobre astros, galaxias y todas las portentosas estructuras del cosmos, al igual que está presente en todas partes y conoce absolutamente todo lo que ha existido, existe o existirá… ¿por qué parece estar ausente en la maldad, cuando depravados negocian de una manera inmencionable e impensable, inclusive pequeños que aún no salen de primaria? ¿Dónde está cuando el poderoso arrebata al pobre o indefenso de inclusive los medios de ganarse la vida o roba recursos que pueden hacer de las sociedades espacios más prósperos?
Pareciera ser impotente para regir sobre las emociones y decisiones del ser humano, inclusive para mostrarle qué es verdad… ¿Por qué se hace tan “pequeño” ante la maldad?
Creo que la respuesta yace en que toda ‘creación’ tiene un poco del creador, pero no todo. Cuando nosotros escribimos algo, o generamos una creación artística, o desarrollamos una tecnología… cualquier cosa de ‘nuestra creación’, hay algo de nosotros en ello. Pero de toda la creación, en todo el cosmos… no hay criatura ninguna que pueda hacer lo que nosotros hacemos. Nos podrá comer un depredador, algún otro tipo depredador podrá encarcelarnos o quitarnos lo que no es nuestro… pero sólo el ser humano puede elegir cómo responder ante cualquier circunstancia, natural o artificial… sólo nosotros podemos elegir.
"Lo más incomprensible del mundo es que sea comprensible."
– Albert Einstein
Podemos escoger como responder, porque parece ser que el fundamento que creo todo el universo nos dio lo que precisamente es el fundamento de la creación: poder decidir que es precisamente lo que subyace la capacidad de crear… y eso ÉL decide que no quiere controlarlo o modelarlo, aun cuando vamos en contra de la bondad y generosidad que es lo que parece estar en corazón del Creador.
Hay momentos que nos tocan muy profundo y, cuando los sentimos, somos capaces de ser inmensamente generosos y entregar lo que haga falta para que ese mismo momento se expanda… los que tienen hijos, o han decidido amar con determinación en sus vidas, saben de lo que hablo.
Dios no es impotente para regir sobre nuestras emociones o malas decisiones, quiere que nosotros descubramos y decidamos AMAR como él ama y, descubramos con ello, para qué grandeza hemos nacido.