Foto del artículo Matthew Johns
Todas las culturas que he estudiado o leído, los Yanomami, los Bushmen tanto de Australia como del Kalahari, los Aztecas y los Mayas, al igual que las tribus indígenas de Norte América tenían un denominador en común que el hombre moderno ha perdido y le desconecta por completo de todo, el sentido de pertenencia a un hábitat sea este comunitario, social, histórico o Cósmico/Naturaleza. Ellos sabían, de manera vital, de su interconexión e interdependencia con la Naturaleza y con su comunidad; que la propia relación con un sistema del que eres parte es dar porque ya has recibido mucho… y eso es el fundamento esencial de la GRATITUD.
Absolutamente todo lo que cada ser humano tiene en esta vida lo ha recibido, sin excepción.
Sé que aquellos que son industriosos y concienzudos resistirán contundentemente esta afirmación. Pero reflexiona con honestidad: cuando llegaste a este mundo, llegaste “llorando, pataleando, cagado e indefenso" y si tus padres o quién te cuidó no te alimentó, acobijó y protegió, no hubieras durado más de una semana. Si tuviste la suerte, sea porque tus padres te apoyaron y dieron educación y formaron, si un mentor te aportó dirección y motivación, o si dentro tuyo emergió la fuerza y determinación para empujar la adversidad del mundo para hacer algo de tus horas, y por tal de tu vida, igual esa “bondad” no sabes de dónde vino ni por qué. Todo se deriva de algo que has recibido, de una u otra manera, por ello la afirmación inicial sigue manteniéndose firme.
En última instancia, recibimos de la cultura, de la historia que nos precedió, de las circunstancias o personas, de nuestra fuerza interior… y de ninguna de ellas puedes asumir autoría. Por mucho que te lo propusieras no podrías agregarle una hora a tu vida o cambiar el color de un cabello de tu cabeza.
Somos “receptores” inicialmente y antes que nada.
La apropiada relación con la Realidad
Hay un algo que precede el resultado positivo de absolutamente todo lo que confrontamos: la vida, las relaciones, nuestros cuerpos, nuestra mente… requieren una interacción nuestra con ello que llamamos SACRIFICIO; necesitamos dar para recibir… y ese es el orden correcto.
Piénsalo, nos levantamos y vamos a trabajar, nos quitamos horas de otras cosas que nos gustaría hacer y disfrutar para que a final de mes tengamos los recursos para poder cubrir nuestras necesidades y continuar: te sacrificas cada día. Por ejemplo, si quieres tener una relación significativa y plena con alguien, tienes que dar mucho, aprender a escuchar, reconocer que hay alguien que piensa, siente y cree diferente que tú, dar cabida a esas diferencias… necesitas sacrificar la primacía de los deseos e intereses del que crees que eres (Ego) para cosechar los frutos de una relación significativa.
Puede que alguno diga, pero hay gente que tiene tanto dinero que no tiene que sacrificar su tiempo… ya te digo que, si no vive en una relación de sacrificio y gratitud con la realidad que habita (por ejemplo exceso de dinero), tarde o temprano ésta se vuelve para hacerle daño y terminará quebrándole a otros niveles más importantes y vitales que económicos. También puedes alegar que a veces la tragedia visita fortuitamente, nos cae una pena o una adversidad que no fue invitada (aunque a veces es difícil discernir cuándo una persona no ha invitado la desgracia en su vida); sea lo que sea, nuestra actitud ante lo peor y lo mejor de la vida puede marcar mucho cómo lo experimentamos y el resultado que cosechamos. Porque la relación apropiada para que la vida de frutos es una de DAR… y si lo haces sin esperar recompensa como compensación por tu sacrificio, entonces sucede la magia de la vida.
Los indígenas y primitivos, habitantes de nuestra tierra en antaño, reconocían esta relación con la Naturaleza y la comunidad. Los indios americanos tenían rituales para prepararse para la caza del búfalo, acto tribal que permitía a toda la tribu subsistir por todo un año; igualmente tenían un ritual de agradecimiento cuando mataban al búfalo, reconociendo que era su muerte la que permitía la vida de toda una tribu; evidentemente, el respeto y agradecimiento es la actitud correcta.
Nosotros tenemos rituales para relacionarnos con personas y con aquello que emprendemos y enfrentamos para permitirnos generar los recursos para sostenernos. La cortesía cotidiana es un básico en el trato entre jefes y trabajadores; en negocios es estrechar la mano de manera firme y decidida de nuestro cliente, socio, proveedor; también el formalizar contratos, facturas o documentos que avalen los acuerdos o intercambios son también rituales… pero lo que los ancestrales hombres y mujeres de antaño hacían diferente, no era el ritual, era la intención con la que lo hacían. Sabía que su vida dependía de ese “otro” que daba de sí para que “todo” avanzara.
El hombre moderno ha perdido conexión con el Espíritu que le nutre
Hoy creemos que nosotros somos una isla, una “república independiente”, que nuestras ideas y actos son las que me permiten avanzar, quizás hasta que es mi esfuerzo y sacrificio lo que me mantiene a flote y me hacen prosperar. Pero si no tienes claro el ¿POR QUÉ? Y el ¿PARA QUÉ? … no avanzarás a ningún lado significativo. El por qué apunta desde tu pasado y el para qué visiona hacia el futuro. Igualmente la calidad del sacrificio es clave, el cuadro mental del por qué sacrificas, la intención y tu orientación personal son los que marcan el resultado, no el sacrificio. La historia está repleta de personas que sacrificaron mucho para avanzar y terminaron siendo depredadores de la sociedad y desolaron el futuro de todos con sus actos.
Otra vez, la relación apropiada con la realidad es de dar… de reconocer que he recibido ya mucho, así que dar generosamente puede cambiarlo todo; sobre todo, sin esperar recompensa alguna. El que es agradecido no da a medias, ni en el trabajo, ni en las relaciones, ni en sus intercambios hasta con los enemigos o adversarios… aun cuando los demás no agradezcan, porque de todo lo que tienes, reconoce que ya has recibido y mucho, así que sacrifica con una sonrisa.
Da mucho y serás un verdadero rico en esta vida.
¡Feliz Año!
Próximo miércoles…
Las buenas decisiones vienen de la experiencia;
pero la experiencia viene de las malas decisiones.
Mark Twain
EL PUNTO a la i
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