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Desde hace más de 50 años vengo viendo en la TV las marchas de reivindicación social abanderadas por el remanente socialista y marxista del siglo XIX. Ver de nuevo estas pancartas ayer en las noticias en España, me supuso un sentimiento de tristeza y compasión por lo perdidos que pueden estar los que hoy creen que la mejor manera de servir a los trabajadores y remarcar las reivindicaciones es de exigir:
Reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales.
Reforma del despido.
Aumento de salarios.
Defensa de los servicios públicos y acceso a la vivienda.
Son como niños que quieren su caramelo y no les importa si papá-gobierno tiene como dárselo, ¡Ellos se lo merecen!
Un poco de contexto histórico
En el S.XIX surgió un movimiento para reclamar las mínimas condiciones para trabajar, ya que, las empresas de Londres y otras ciudades del Reino Unido, contrataban hombres mujeres y niños que trabajaban siete días a la semana por 14 a 16 horas al día. Los hacían dormir en las fábricas, porque era mayormente una mano de obra rural que no tenía dónde dormir en las ciudades a las que se habían desplazado a trabajar.
Aunque los trabajadores masculinos adultos ganaban en la industria textil entre 6 y 8 chelines a la semana, no sólo era mayor ese ingreso, sino que lo ganaban en dinero efectivo que podían usar para ayudar a sus familias que vivían en el campo. Como contraparte, los trabajadores del campo ganaban menos que eso, pero en especies, como comida, leña y una casa que no les pertenecía. Eran lo que por cientos de años se conoció como siervos de la tierra.
En 1884, el movimiento obrero en EE. UU. de la Federation of Organized Trades and Labor Unions fijó el 1º de mayo de 1886 como fecha tope para imponer la jornada de 40 horas. Poco después, los movimientos marxistas aprovecharon el Congreso de la Segunda Internacional (París, 1889) para apropiarse estratégicamente de la causa y convertirla en una fecha litúrgica de su calendario ideológico. Es, sin duda, el más célebre remanente de una política social trasnochada, que ha revelado su oportunismo y su verdadero objetivo: debilitar instituciones y vaciar de criterio a sus acólitos, como sanguijuelas que los dejan sin sangre.
El panorama mundial actual a la sombra de la IA
La vida es dura. Tienes que esforzarte y correr mucho para mantenerte en el mismo lugar, como decía la Reina de Corazones en Alicia en el País de Maravillas. Nadie puede garantizarte nada. Estamos a las puertas de una posible guerra mundial, los poderes de China y EE. UU. están en una tensión que puede resultar en un enfrentamiento de una nueva guerra fría y esperemos que no caliente. La IA puede marcar una diferencia y no se está seguro de que pueda evitar la guerra o lanzarnos a ella.
Cuando reivindicar que la solución es la jornada de 37.5 horas a la semana o la reforma de la ley de despidos y garantías de casa y comida como el cambio que buscas, es que estás perdido y no sabes dónde estás parado. Las ideologías son virus de la mente. Así lo es la ideología marxista. Toman a una persona que no tiene, o quiere, visión del complejo entorno social y laboral que ha cambiado desde hace una década con la inteligencia artificial y sus afecciones en la sociedad y se mira el ombligo y se mira el ombligo y pide por esa boquita su caramelito, sin importar que todo se esté resquebrajando a su alrededor.
Los trabajos del futuro, que es hoy, requieren que un trabajador que busca trabajo sepa de IA. Que los trabajadores que quieren mantenerse en su puesto de trabajo se actualicen si no quieren que otros más jóvenes los desplacen con facilidad.
NUNCA fue tan crucial la ACTUALIZACIÓN DE HABILIDADES nuevas para GARANTIZAR un puesto de trabajo.
Ya puedes hacer todas las pancartas y generar todas las huelgas, sólo ayudarás a la parte de esta confrontación mundial por el poder, que puede terminar en guerra y mandarte a pelear para defender el modelo de libertad y derechos que te permiten dar voz a lo que crees que te mereces… que ¡se levanta sobre tu responsabilidad en sostenerlo!
Te comparto un par de artículos que pueden darte una visión de lo que está pasando a nivel de la IA.
Sobre la historia y que es la IA
IA, ¿fuego de Prometeo o fruto del “Árbol del Conocimiento del bien y el mal”
IA: una vulgar imitación de nuestro cerebro
Sobre qué puedes hacer y cómo incorporar en tu vida esta novedosa inteligencia.