¡Una decisión es la diferencia entre el cielo y el infierno!
Continua el Ciclo LA SEMILLA DE MOSTAZA
Estás tomando decisiones a cada instante, no puedes evitarlo, somos seres sensoriales con dirección, es la base de nuestra humanidad. Sin embargo en el más amplio sentido de nuestra vida, la clave es que cuando no tienes dirección intencional, cuando no tienes una meta clara, definida y no estás alerta, tus sentidos te orientan a volver al punto de inicio… es una programación default encriptada en la consciencia. Es por lo que cuando estamos geográficamente perdidos, andamos en círculos para regresar al punto de partida.
Recuerda: en este ciclo, al igual que otros, estamos construyendo sobre las ideas que anteriormente hemos compartido. Te comparto los links de los anteriores artículos sobre este ciclo (LA SEMILLA DE MOSTAZA) para que no te los pierdas.
Estamos tensionados por dos grandes “motivadores”: el placer y el temor. Ambos tienen por común denominador el “Significado”, que en inglés se traduce por “meaninig”, que a mí me parece lo define bastante mejor, aun cuando es la misma palabra. Siento que en español no clarifica bien o hemos perdido la profundidad de su alcance.
El “Significado”, al que nos referimos, es el sentido o relevancia profunda que tiene una situación o escenario, digamos el “concepto” del qué está preñado un objeto, situación o concepto.
Ya que discriminas a cada instante, “el ‘significado’ es valor que usas para percibir el mundo que te rodea… está embutido en la estructura de la realidad” (Jonathan Pageau), es lo que te atrae de las cosas y las situaciones... pero dicha atracción la generas tú. La manera en que estamos construidos los seres humanos es única en todo el reino animal, somos los únicos que estamos conscientes de la atracción que el Significado de la realidad genera en nosotros y podemos prever sus consecuencias en nuestra trayectoria en alcanzarle.
Compartimos con los otros mamíferos la tención entre el placer y el temor; en ellos se ‘satisface’ con el instinto, en nosotros es el Significado de uno u otro que marca mi dirección. Me explico: cada movimiento que tú haces tiene dos elementos: la complicada percepción sensorial, que está definida y estructurada por tus creencias y por quien tú crees que eres; y, por otra parte, el objetivo del movimiento está orientado por el Significado que ese objetivo te aporta.
Un ejemplo sencillo: tus ojos ven un vaso y una jarra con agua, si en ti no tiene relevancia (es decir: no tienes sed), ni siquiera les percibirías, serían completamente transparentes a tu consciencia, Sin embargo, si tienes sed, tu percepción lo capta sin esfuerzo ‘aparente’ alguno y te mueves hacia ellos, estiras los brazos, te sirves un poco de agua y bebes.
TEST DE FOCO Y CONCENTRACIÓN (1 min.)
[ES: ¿Cuántos pases hace el equipo blanco?]
Simplemente: no tenemos percepción de lo que en un momento dado no tiene Significado para nosotros, nuestra experiencia de vida es una danza entre el significado que está incrustado en la realidad, la consecuencia que percibimos de ello y quién somos… el drama se da en que, funcionalmente percibimos con nuestras creencias, y es allí donde se da una danza existencial.
Las creencias son un velo sobre mis ojos… no veo lo que es, sino lo que yo creo que soy.
Hace unos millones de años ya nos separamos del resto de los primates al desarrollar la consciencia, y desde entonces, el Significado pasó lentamente a solapar el instinto. Pero – y hay un enorme PERO – el significado contiene una polaridad: lo que es provechoso vs. lo que es adverso. Uno, anhelado por el deseo; el otro, resistido por el peligro que representa… y para complicarlo aún más, lo provechoso se divide en lo que es Significativo y lo que meramente satisface sin trascendencia. En el instinto, esa orientación es exclusivamente para perpetuar la existencia y preservar la especie, en el ser humano, orientarse a uno o a otro, es una decisión… el dilema es que la decisión está condicionada por mis creencias y quién yo creo que soy, y ambos flotan con arraigo en el subconsciente.
foto: Claudette
La solución al dilema humano
Esta solución tiene dos partes: visionar una dirección que tenga el mayor grado de beneficio real, o mejor digamos Significado; y la segunda parte, asumir la responsabilidad de mantenernos orientados hacia ese objetivo y responsabilizarnos de las consecuencias que dicha decisión atraigan. ¡NO HAY OTRA!
Por ello, tomar una dirección es crucial en la vida, es en verdad La Decisión que debes tomar: la de tu orientación vital, porque mientras no la tomes estarás dando círculos y volviendo al ‘punto de partida’… en el ser humano esos ‘puntos de partida’ son aquellos dolores, retos y heridas de nuestro crecimiento que fueron demasiado duros o inasumibles para ese momento… y a medida que pasa el tiempo, van generando un borde, una sensibilidad y una ampliación a otros ámbitos de nuestra vida. Pasado ya mucho tiempo, bajan al subconsciente y generan una densa realidad vital que atrae como magneto otras circunstancias para volver a poner lo no resuelto frente a mí.
“La vida nos empuja a asumir una dirección y tomar una decisión, y depende de que la tomes, es la diferencia entre el cielo y el infierno.”
Una anécdota personal
Yo he asistido a unos 4 o 5 retiros de meditación llamados Vipassana. Duran 10 días y durante todo ese tiempo las reglas básicas son de no mantener ningún tipo de comunicación entre todos los asistentes, ni verbal, ni visual, ni de ningún tipo; tampoco puedes tener papel, lápiz o libros ni móviles. Te enseñan una técnica de meditación y durante cada día pasas unas 10 horas sentado en el suelo meditando. La idea de esas reglas es que te enfoques a aprender la técnica de meditación, entres dentro de ti y no te distraigas… a lo que estamos altamente adictos.
Al comienzo del 4 día te instruyen que tres veces al día tomarás la “firme determinación” de sentarte en la posición que estés más cómodo, cerrarás los ojos y, al sonar una campana, por 60 minutos consecutivos hasta que vuelva a sonar la campana, no cambiaras de posición o te moverás mientras continúas haciendo la técnica de meditación que vienes 3 días practicando.
Esta sencilla ‘decisión’ es uno de los retos más grandes que he vivido. Generalmente las piernas se entumecen y calambres te empiezan a atizar en los muslos por la restricción de flujo sanguíneo, y créeme puede llegar a ser muy doloroso. Uno de los retos más grandes que te desafiará en la vida es enfrentarte un ‘dolor agudo’ que no tengas la posibilidad de evitar; súmale a ello que lo hagas voluntariamente.
Una de las veces, mientras sufría la hora de “firme determinación”, tenía un calambre en el muslo derecho. El dolor era una insoportable combinación de tener la pierna en una prensa sumado a tener un nido de bachacos (hormigas grandes) que estaban haciendo su hormiguero dentro de mi muslo. Por más que trataba de hacer la técnica, el dolor no me dejaba poner mi atención en ningún otro lugar que resistir el dolor. Sudaba profusamente y mi pensamiento repetía una y otra vez con agobio: “mi pierna, ay mi perna” … sentía que se iba a romper como un huesito de pollo. Cuando estaba en el momento más álgido, cuando sentía que ya no podía más y que tenía que estirar la pierna o perderla… algo insólito paso: “¡mi pierna!”; no había ningún dolor, nada… y era evidente que hacia un rato que no tenía dolor. Yo venía sufriendo por la resistencia que tenía al dolor que pensaba y no que sentía. Al rato sonó la campana y fue como un despertador.
Si decides asumir un reto con determinación, las olas de la resistencia van a golpear tu determinación. La lección que aprendí: cuando resistes una situación, pierdes contacto con lo real y la resistencia pasa a ser la realidad.
Cuando tomas una decisión, y asumes las consecuencias de lo que ella traiga, pasan cosas. Lo que somos es algo complejo y desconocido. Mientras no hemos abrazado quienes somos o nos conozcamos profundamente, operan en nosotros fuerzas que no conocemos y que intentan dirigir me orientación usando mi voluntad, que por cierto es la única manera de que en ti sucedan las cosas – se dice que un feroz demonio no puede arrebatarle a un niño su caramelo, tiene que disfrazar quién es y convencerle que se lo dé – así que cuando te posicionas con determinación, esas fuerzas telúricas, que no tienen tu mejor interés, se las arreglan para golpear tu resolución. Si resistes y te mantienes orientado hacia donde tu decisión te dirigía, dos cosas pasan: descubres algo muy valioso con respecto a ti (ese es el tesoro que le robas al dragón por pelear con él), y segundo, forjas más tu carácter… que te prepara para la próxima lucha con el dragón.
Hay dos verdades extraordinarias: la primera, nos dicen que la batalla ya está ganada, lo que pasa es que tú personalmente no estás exento de volver a darla… la segunda verdad es que el dragón existe no sólo para que le venzas, sino para que tú lo mates.
Por último, no puedes evitar dicha batalla. Todo en la vida te pone frente a esa situación una y otra vez y a medida que pasan los años, el sacrificio a pagar incrementa… mejor darla cuando tienes todas tus facultades y no esperar a que estés viejo y te falten las fuerzas o estés en tu lecho de muerte.
La diferencia entre el Cielo y el Infierno
No nos engañemos, esa meta que tienes que poner en la más alta escala de valores, mejor que sea más que lo que la sociedad valora o de tu interés por impresionar a los que en verdad ni tú les importas, ni ellos a ti… tiene que ser algo grande, mucho más grande que tú o el mero hecho de satisfacer tus caprichos y deseos. Si no, ese Valor no podrá tirar de ti a través de las adversidades, ni tendrá el arraigo dentro de tu subconsciente para fortalecerte y transformarte.
Con todo lo dicho, permíteme compartir un texto que puede ahora lo veas con otros ojos y te diga más que lo que antes te decía:
“Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y menospreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas
(que es también referencia a lo que es Significativo VS. lo que meramente satisface).
“Por tanto les digo: no se afanen por su vida, qué han de comer o qué han de beber; ni por su cuerpo, qué han de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que no siembran ni siegan ni recogen en graneros; y su Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas? ¿Quién de ustedes podrá, por más que se afane, añadir a su altura un milímetro? ¿Por qué se afanan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; pero les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
(todos estos elementos son gran parte de la fuente del estrés y las tensiones en la vida)
“Por tanto, no se afanen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos vestiremos?’. (…) Más bien, busquen primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propia adversidad.
Mateo 6:24-34
Ese “Reino de los Cielos” que primero hay que buscar es lo que tienes que poner en el tope de esa orientación… otra vez, la promesa es que esa batalla ya está ganada y al tú tomar la decisión y asumir responsabilidad de ella, sin importar las adversidades todo lo demás se ordenará a tu favor.
Así que, lo mejor que puedas, lo mejor que entiendas…
Venezuela te dice: “no llores por mí ¡TOMA LA DECISIÓN!”
Próximo miércoles…
Una nación es una empresa espiritual
En el hemisferio occidental tenemos más de 200 años separando la religión de la organización política de los estados, y con mucha razón, la “religión organizada” había demostrado ser un foco de sectarismo, discriminación hacia aquellos que pensaban diferente, intolerancia de lo que creían erróneo y petulancia de aquello que creían correcto… ¡es hora de retomar este tema!
EL PUNTO a la i
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